Historia

Ubicación y contacto
Real Monasterio de Santo Tomás
Plaza Granada, 1
05003 Ávila
Tel: 920 220 400
Email:
La Fundación del monasterio
La fundación del convento de Santo Tomás está íntimamente ligada a los Reyes Católicos, Don Fernando y Doña Isabel, a Fr. Tomás de Torquemada, confesor de los Reyes Católicos y también a D. Hernán Núñez Arnalte, tesorero y secretario de los reyes.
No obstante el fundador auténtico fue D. Hernán Nuñez Arnalte, que dejó en testamento la cantidad de un millón y medio de maravedís con el fin de que se usara para la fundación de un convento de Dominicos de la Observancia en la ciudad de Ávila. Tras su fallecimiento, su mujer, Doña María Dávila y el fr. Tomás de Torquemada se hicieron cargo de llevar a cabo el proyecto.
El P. Torquemada emprendió la construcción del convento, de acuerdo con los Superiores de la Orden y tras haber obtenido todos los permisos reales y eclesiásticos necesarios. El costo de los terrenos fue de 228.000 maravedíes, y la primera piedra se puso el día 11 de abril de 1482. El arquitecto fue Martín de Solórzano y se inauguró el día 5 de agosto del año 1493. Fr. Tomás de Torquemada falleció en este convento en 1498 y fue enterrado en el cementerio conventual que estaba sito en lo que es hoy día sacristía, pero en 1699 un incendio destruyó el lugar y hoy no se sabe dónde reposan sus cenizas.
Los Reyes Católicos mecenas del Monasterio
A partir de 1488, los Reyes fueron los verdaderos mecenas del edificio de tal modo que en el testamento de Fernando el Católico en Madrigalejo dice: "...le pliega tomar en alguna enmienda de nuestras faltas la edificación y dotación que nos y la Serenísima la rayna Doña Isabel nuestra carísima muger que en su gloria sea, habemos fecho el hospital de Santiago, de los monesterios de Santa Cruz de Segocia y de Santo Tomás de Ávila..." (CAMPDERÁ GUTIÉRREZ, B. Santo Tomás de Ávila: HIstoria de un proceso crono-constructivo. Diputación de Ávila 2006.)
Con las cantidades aportadas por D. Fernán Núñez de Arnalte, sólo podía construirse un pequeño convento. La parte que rodea al actual Claustro del Noviciado. Ni siquiera en esta zona aparecen vestigios de lo que debía ser la iglesia. Lo que hace pensar que fueron los mismos Reyes quienes tomaron como suya, casi desde el principio, la edificación de la soberbia e impresionante iglesia, así como los claustros del Silencio y Palacio Real.
Cualquiera comprende que solamente la iglesia costó más que el millón y medio de maravedíes destinado a la fundación del convento, y que ni Torquemada ni la Congregación de la Observancia disponían de recursos para llevar a cabo un monumento artístico como éste, y esto en el corto espacio de once años.
El claustro de los Reyes fue utilizado como palacio de verano por los Reyes Católicos.
La segunda parte está constituida por la iglesia, coro, claustro del silencio, refectorio, sacristía, Capítulo y habitaciones. Y es aquí donde vemos ya la ostentación con toda la magnificencia real, en contraste con la primera parte. El yugo con la coyunda y el manojo de flechas, granadas por doquier, escudos dominicanos..., hacen pensar en la construcción por los Reyes Católicos. Esta segunda parte es de estilo gótico florido o isabelino.
Por último, la tercera parte es el Palacio Real, con el soberbio claustro, salones, dependencias, de estilo más bien renacentista. Los Reyes Católicos intervinieron muy activamente en la fundación de estas dos últimas partes. Incluso se deduce que la capilla mayor de la iglesia fuese destinada para sepulcro de su hijo el Príncipe Don Juan. No habría sido lo más propio, si la fundación no hubiese sido real. Fueron muchas las donaciones que los Reyes hicieron al convento, tal como lo aseguran manuscritos existentes.
El monasterio de Santo Tomás fue Universidad durante varios siglos. En el ala sur del claustro de reyes se pueden ver las aulas, ya remodeladas, de la desaparecida Universidad de Santo Tomás de Ávila, establecida aquí a mediados del siglo XVI y clausurada en el siglo XIX.
Anteriormente había existido un Estudio de Teología, Filosofía y Lógica, instituido en 1504 por el Maestro General de los Dominicos, Vicente Bandello, y elevado a la categoría de Estudio General de la Orden Dominicana en el capítulo general, celebrado en 1515.
En época de Felipe II y de la mano del legado pontificio Poggio, se erigiría el Estudio de este convento en Universidad Pública.
Más adelante la Universidad fue confirmada por el Papa Gregorio XIII en 1576 y por el Rey Felipe IV en 1638. Fue reformada en el siglo XVIII, suprimida en 1807 y, tras corto restablecimiento, desapareció definitivamente en 1824.
La Universidad estaba en las salas, denominadas en la época "generales". El antiguo General Mayor de Teología o Aula Magna conserva todavía el escudo real en su entrada: era el recinto donde se celebraban las ceremonias de colación de los grados académicos, que por privilegio, abarcaban las facultades de Artes, Teología, Cánones, Leyes y Medicina, a pesar de que en esta Universidad únicamente podían cursarse estudios en las dos primeras.
En 1763 Jovellanos obtuvo aquí el grado de Licenciado en Cánones. Miles de dominicos se han formado en estas aulas, partiendo después por el mundo, como misioneros, profesores y testigos de la Palabra de Dios.
Durante la Guerra de la Independencia, los franceses ocuparon todo el edificio y convirtieron la iglesia en hospital de sangre durante la batalla de Arapiles. Muchas cosas sufrieron el deterioro. Durante este tiempo, españoles afrancesados profanaron la tumba del Príncipe D. Juan, sito en la iglesia. A ello alude un acta del Ayuntamiento de 1809 protestando contra las barbaries cometidas en Santo Tomás. Desde 1875 fue casa de formación de misioneros dominicos hasta 1963 en que se inauguró Casa de Estudios en Madrid.