Historia de la Provincia del Rosario
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Orden de Predicadores
La Orden de Predicadores (del latín: ordo praedicatorum u O. P.) conocida también como orden dominicana y sus miembros como dominicos, es una orden mendicante de la Iglesia católica fundada por Sto. Domingo de Guzmán en Toulouse (Francia) y confirmada por el Papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216. Está organizada en “provincias” que en los primeros años el nombre de las provincias coincidía con el nombre de la nación. La provincia de Nuestra Señora del Rosario por orden cronológico de fundación es la nº25.
El descubrimiento, por parte de Europa, de las regiones más orientales de Asia en el siglo XVI, dio lugar en la Iglesia Católica a una expansión misionera de gran alcance. Diversas órdenes religiosas se unieron a la empresa fundando congregaciones o provincias para ello. La Orden Dominicana respondió a la llamada con la Provincia de Nuestra Señora del Rosario.
Fundada en 1587, la Provincia estableció su sede central en Manila
Fundada en 1587, la Provincia estableció su sede central en Manila, y desde allí su acción se extendió a muchas regiones de Filipinas así como también a varios países circunvecinos: China, Tungking (Vietnam), Taiwán y Japón.
Por mucho tiempo la Provincia reclutó voluntarios para la Misión de Asia en los conventos de la Orden en España, e incluso en algunos otros países de Europa, como Italia, Francia y Bélgica. Esto duró hasta 1830, año en que la Provincia estableció su propio Noviciado Misionero en Ocaña (Toledo).
Al principio los misioneros viajaban por barco desde España hasta la costa atlántica de México. Desde allí, por tierra, se dirigían a la costa pacífica, donde embarcaban para Filipinas, en un viaje largo e incómodo que duraba un año y a veces más y en el que morían no pocos. Desde Filipinas se dirigían a un campo de misión concreto, bien en las mismas Islas, bien en algún país cercano. A principios del siglo XIX, abandonada la ruta de México, los misioneros empezaron a viajar por el Cabo de Buena Esperanza, y a partir de 1867 por el Canal de Suez. En los tiempos modernos lo hacen por aire. En cuatro siglos, más de tres mil dominicos han cruzado los mares para misionar en Asia.
La labor misionera de la Provincia, predicando la Palabra, ha establecido cristiandades e iglesias locales, fundando centros educacionales e instituciones de beneficencia, fruto abundante que aún perdura y sigue dando nuevos frutos.
La Misión supuso una entrega total a la causa del Evangelio, llegando muchos misioneros a dar su vida por Cristo. Pasan de cien los miembros de la Provincia que murieron por la Fe, muchos de ellos ya canonizados o beatificados. Asimismo, casi un centenar de religiosos sirvieron a la Iglesia como obispos misioneros.
Entre las muchas instituciones educacionales fundadas por la Provincia destaca de una manera especial la Universidad de Santo Tomás de Manila, establecida en 1611, y que al presente ostenta los títulos de “Pontificia” y “Católica de Filipinas”.
En su esfuerzo por el establecimiento de la Iglesia en países de Asia, la Provincia no descuidó implantar asimismo la Orden Dominicana para que continuara la labor por ella comenzada. Esto resultó en la fundación de dos nuevas Provincias autóctonas: la de Reina de los Mártires en Vietnam (1967) y la de Filipinas (1971). Fundadas también por la Provincia han sido también dos congregaciones de religiosas afiliadas que, después, han formado dos congregaciones independientes de religiosas: la Congregación de Dominicas Misioneras de Santo Domingo y la Congregación de Religiosas Dominicas de Santa Catalina de Siena.
La Provincia de Nuestra Señora del Rosario
La Provincia de Nuestra Señora del Rosario fue fundada para predicar el Evangelio en Filipinas, en China y en las demás naciones del Extremo Oriente.
Fue el primer Obispo de Filipinas Domingo de Salazar, O.P., quien contribuyó eficazmente a la fundación de dicha Provincia. Este religioso dominico fue presentado por Felipe II, Rey de las Españas, al Papa Gregorio XIII como primer Obispo de Filipinas el año 1578. Dos años antes había llegado a España desde Méjico. Inmediatamente comenzó a reclutar religiosos voluntarios en los conventos dominicanos de la Península para la noble empresa de la evangelización de Filipinas. De los 18 misioneros que se embarcaron con él en España para Méjico el 10 de julio de 1580, siete fallecieron en la travesía y otros en Méjico, a consecuencia de una peste originada en la nave que los llevaba. Algunos de los supervivientes se quedaron en la Española y en Méjico.
Llegaron a la ciudad de Manila el 17 de septiembre de 1581
Solamente el Obispo Domingo de Salazar, acompañado del P. Cristóbal de Salvatierra, llegaron a la ciudad de Manila el 17 de septiembre de 1581.
Antes de salir de Méjico rumbo a Filipinas, el Obispo Salazar encomendó al P. Juan Crisóstomo la realización del proyecto de la fundación de la nueva Provincia. Vuelto a España en 1581, el P. Crisóstomo obtuvo del Consejo de Indias el permiso para llevar 12 religiosos a Filipinas (31 de marzo de 1582). Meses más tarde, el 14 de julio, el Maestro General de la Orden, P. Pablo Constable de Ferrara, dio su aprobación para la fundación de la nueva Provincia, nombrándole Vicario General de la misma, con atribuciones de Provincial, y autorizándole a llevar hasta 40 religiosos de las provincias de España y 10 más de las de Méjico y Chiapas. Fallecido el Maestro General poco después (17 de septiembre de 1582), el Papa Gregorio XIII confirmó al P. Crisóstomo en el cargo de Vicario General y dio su aprobación apostólica para la fundación de la nueva Provincia (20 de octubre de 1582).
Sin embargo, el P. Juan Crisóstomo no pudo embarcarse con sus primeros religiosos tan pronto como había pensado. Dificultades surgidas en Madrid lo impidieron. Después de dos años de espera en el convento de San Pablo de Sevilla, al fn, el 9 de agosto de 1585, obtuvo el pase regio que le facultaba para convocar y llevar una misión a Filipinas. El 5 de septiembre firmó el Rey la Real Cédula que le autorizaba a llevar 24 religiosos a Filipinas. Posteriormente se le autorizó llevar otros 15 más. Después de varios meses, 40 religiosos, procedentes de diversos conventos dominicanos de España, salieron de Cádiz con dirección a Méjico el 17 de julio de 1586. Al frente de esta primera expedición iba el P. Juan de Castro, habiendo renunciado antes el P. Juan Crisóstomo al cargo de Vicario General de la nueva Provincia en favor del P. Juan de Castro.
Cuando llegaron a la Nueva Española, el nuevo Vicario General, P. Juan de Castro, en unión con varios religiosos, redactó y firmó las Ordenaciones Primordiales de la Provincia en el convento de Santo Domingo de Méjico el 17 de diciembre del año 1586, y fueron aprobadas luego por los demás el 17 de enero siguiente. De los 40 religiosos que embarcaron en Cádiz, según lista oficial que se conserva en el Archivo de Indias, muchos enfermaron durante el viaje, muriendo tres de ellos en Méjico a causa de los sufrimientos y privaciones durante la larga travesía. Algunos se quedaron en Méjico y otros volvieron a España, saliendo tres para Macao el 3 de abril de 1587, y 15 para Manila el 6 de abril de 1587. Estos últimos llegaron a Cavite, puerto cercano a Manila, el 22 de julio de 1587, y tres días más tarde, 25 de julio de 1587, a la ciudad de Manila.
El día 4 de agosto de ese mismo año, fiesta de Santo Domingo, fue celebrado públicamente un Acto Académico, y el día siguiente a la festividad de la Asunción de la Virgen se puso la primera piedra del Convento de Santo Domingo en la ciudad de Manila. La nueva Provincia, con la bendición de Dios y como fruto de una observancia regular estricta, fue desarrollándose rápidamente en sus diversos ministerios y en número de religiosos. En 1592 reunía ya las condiciones para ser reconocida como Provincia dentro de la Orden. Por eso, en el Capítulo General de Venecia del año 1592, es reconocida como una Provincia más de la Orden, bajo el título de Nuestra Señora del Rosario “para la conversión de los infieles”.
No obstante, debido a un error u olvido, el decreto de erección e institución de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario no aparece en las Actas de dicho Capítulo General. Lo dice claramente la carta del Maestro General, P. Hipólito María Beccaria, fechada el 3 de noviembre de 1592, y dirigida a la nueva Provincia. En dicha carta, el Maestro General atestigua que en el referido Capítulo de Venecia fue erigida e instituida oficialmente la nueva Provincia y aceptada como una Provincia más dentro de la Orden Dominicana, con el nombre de Nuestra Señora del Rosario. Por otra parte, dicho decreto de erección, anteriormente omitido, apareció después en las Actas del siguiente Capítulo General, celebrado en Valencia en el año 1596.
Los religiosos de la Provincia han evangelizado en
- las Islas Filipinas desde 1587;
- en Japón entre 1602-1637 y desde 1904;
- en Taiwán (Formosa) entre 1626-1642 y desde 1858;
- en China desde 1633 a 1955 y desde el 2004;
- en Tonkín, Vietnam (Indochina) desde 1676 a 1955;
- en Venezuela entre 1902-1905 y desde 1951;
- en Corea desde 1989,
- en Singapur desde 2001,
- en Birmania (Myanmar) desde 2010,
- en Timor Leste desde 2013;
- en Perú, Sri Lanka (Ceilán) y en otros países por cortos periodos de tiempo.
Desde los orígenes de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario, nuevos misioneros, casi todos de las Provincias de España, fueron llegando periódicamente para incorporarse a la Provincia y sus ministerios en el Extremo Oriente. Sin embargo, tampoco faltaron vocaciones surgidas en las mismas naciones en que la Provincia desarrollaba su apostolado. Entre ellas se encuentra Mons. Gregorio Lo, O.P., primer obispo chino. A partir del siglo XIX la Provincia ha contado con sus propios centros de formación para futuros misioneros: en Ocaña (1830), Ávila (1876), Rosaryville (USA) (1911-1935), Hong Kong (1935-1962), La Mejorada (1912), Santa María la Real de Nieva (1939), Valladolid (1953), Madrid (1958), Roma (1985), Corea (1994), Hong Kong - Macao (2005), Myanmar (2010), Timor Oriental (2013) así como otros ministerios apostólicos en España y Roma.
Finalmente, como fruto del dinamismo misionero y labor apostólica de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario, se han creado dos nuevas Provincias para la Orden: la Provincia Reina de los Mártires de Vietnam, el 18 de marzo de 1967, y la Provincia de Filipinas, el 8 de diciembre de 1971. Igualmente, se ha instituido en Taiwán (Formosa) un Vicariato General para nuestros hermanos dominicos de nacionalidad china, con fecha del 16 de junio de 1978, bajo la advocación Reina de China.
La Provincia ha dado a la Iglesia y a la sociedad gran cantidad de hombres ilustres. Entre los muchos que se podrían nombrar, los siguientes:
- Domingo de Salazar, primer obispo de Filipinas y conocido defensor de los derechos de los nativos;
- Gregorio Lo, primer obispo chino;
- Francisco de Capillas, protomártir de China;
- Miguel de Benavides, obispo y co-fundador de la Universidad de Santo Tomás de Manila;
- Diego Aduarte, obispo e historiador;
- Juan Bautista Morales, Domingo Varo, José María Morán, Norberto del Prado, Francisco Marín Solá y Pedro Lumbreras (teólogos);
- Cardenal Zeferino González, Joaquín Fonseca y Ángel de Blas (filósofos);
- Juan Cobo, Francisco Blancas de San José y José Hevia Campomanes (filólogos);
- Ruperto Alarcón y Buenaventura Campa (etnólogos);
- Juan Fernández Villaverde, ingeniero de caminos;
- Roque Ruaño, ingeniero-constructor del edificio principal de la Universidad de Santo Tomás de Manila;
- Casto Elera, naturalista;
- Valentín Marín, ensayista;
- Fernando de Santa María, medicina popular;
- Luis Santiago y Julio Ibáñez, pintores;
- Luis Gandullo, asceta y místico;
- Buenaventura García Paredes, Maestro General de la Orden de Predicadores y mártir de la guerra Española.
Nombres personales aparte, es digno de especial mención el “Correo Sino-Anamita“, publicado anualmente por la Provincia entre 1866 y 1916, en el cual aparecieron muchos de los estudios de todo tipo hechos por los misioneros de la Provincia en Asia.
En el año 1987, la Provincia celebró el IV Centenario de su fundación. Las diversas celebraciones con ocasión de este acontecimiento se vieron coronadas con las canonizaciones de los 16 mártires de Nagasaki el 18 de octubre de 1987; de los 60 mártires de Vietnam celebrada el 19 de junio de 1988 y de los 6 mártires de China el 1 de octubre del año 2000, canonizados por el Papa San Juan Pablo II en Roma; el 28 de octubre de 2007 el Papa Benedicto XVI beatificó 21 mártires del siglo XX en España.